De repente
un día dijimos hagamos de esto un para siempre, hagamos de un sueño, una
realidad. Luchemos contra cielo, mar y tierra. Hagamos oídos sordos a los que
nos critiquen por querernos. Estemos el uno para el otro en los momentos buenos
y malos, apoyémonos el uno en el otro cuando mas lo necesitemos. Si uno de los
dos quiere llorar lo cambiaremos por sonrisas. Cuando escuchemos nuestras
voces, cerremos los ojos y imaginémonos juntos. Y ante todo luchemos el uno por
el otro siempre.
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